viernes, 14 de diciembre de 2012

Se acabó lo que se daba

Como diría mi abuela, "ya está todo el pescado vendido". Y es que señores esto está llegando a su fin, y con él, el de la asignatura. No me suelen gustar las despedidas, creo que es por ese miedo irrefrenable al "¿ahora qué?".

Siempre he sido una persona cabezota, pero nunca me había considerado como constante, aunque un día eso cambió. Hablaba con una amiga sobre mis años de conservatorio y me dí cuenta de que realmente sí lo era. Todos esos años había asistido semanalmente a clases de solfeo y piano, y había practicado durante horas hasta conseguir que eso que había producido dolor de cabeza a mis vecinos, fuese lo que realmente era, música para sus oídos.

Pues bien, en ese momento me dí cuenta de que cuando algo me apasiona, soy muy constante, y eso es lo que quiero en este blog. Seguramente no tendré entradas todas las semanas, pero como dijo Scarlett O'hara "¡A Dios pongo por testigo, de que seguiré publicando en este blog!".

Así que, esta no es ninguna despedida, sino un "¡Hasta el siguiente post!"

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